lunes, 4 de abril de 2011

MOTIVOS PARA UNA CRITICA

Cuando hice la critica al libro “El fin de la historia” del Sr. Fukuyama lo hice con una doble intención, por una parte porque se han cumplido algo de sus desastrosas predicciones: el neo-liberalismo sigue su curso con una enorme pobreza y un paro enorme a nivel mundial, sobre la desaparición de las guerras no se ha cumplido se han multiplicado. Por otra parte a raíz de la caída del bloque socialista, él llegó a pensar que viviríamos en un mundo unipolar de pleno empleo y de una paz duradera, no ha sido así, como tampoco el fin de las ideologías.
Pero empecemos con las predicciones que se han cumplido el neo-liberalismo imperante con una desregulación de la economía financiera ha causado tanto daño que la primera etapa de los años 80-91 hubo una de estas crisis cíclicas económicas que parchearon en plan chapuza y todo por una especulación sin límites del poder financiero mundial, donde empezó fue en el mismo Estados Unidos, símbolo del capitalismo puro y duro, para seguir su curso por Latinoamérica, destruyendo el tejido industrial, creando una gran bolsa de parados, y los que trabajaban vieron mermados sus salarios y empleo de alta precariedad laboral, debido a que el sistema seguía desregulado, fue acompañado de la gran crisis mundial que azota ahora todos los continentes, empezando en el 2008 y hasta ahora en el 2011 sigue presente, destruyendo empleo por un tiempo ilimitado.
Otra que verdaderamente no se ha cumplido, son las guerras inacabadas: Afganistán e Irak e Israel que también se puede considerar una guerra contra el pueblo palestino, para después seguir con Libia. El Sr. Fukuyama que predijo y vio con toda claridad la posible desaparición de la U.R.S.S. y todos los estados de la Europa del Este, con gran regocijo escribió su obra, “el fin de la historia”, hizo mucho daño a el llamado estado de bienestar, ahora todo es un motón de escombros.
El fin de las ideologías se equivocó, las ideologías sigue presente en cada momento de nuestra vida, de momento estamos en un shock, una parada en el largo camino que nos queda por recorrer.
A raíz de la desaparición del bloque socialista, el sistema capitalista entendió que esto le podía suponer una victoria, pues ya no tenía contrincante alguno, así que aplicaría una nueva era reduciendo costes aumentando la productividad y los beneficios al máximo sin importarle el genero humano.
Las contradicciones como el exceso de producción con menores salarios puede acarrear un stock en el consumo que puede repercutir en la economía, creando un excedente de proporciones enormes. De hecho se está dando ya, un 30% de bajada del consumo sobre todo los planes de ahorro, pero también la vivienda sufrió una tasa de perdida alrededor de un 38%, en cuanto a la alimentación se acumula perdida superior al 20%.
Por consiguiente como decía el reaccionario “Felipe González”, esas predicciones de Fukuyama son acertadas en algunos aspectos pero no deja de ser una predicción catastrofistas y fuera del sentido de la fuerza de la razón.
Sabemos que el neo-liberalismo como forma política esta bien muerto, pero no deja de ser referente de una política que tiene la facultad de reaparecer con otra caricatura, disfrazada.

Puede incluso reaparecer de una forma fascista.

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