jueves, 22 de mayo de 2008

Se puede considerar una persona normal, cuando prevalece un equilibrio entre la objetividad y la subjetividad, los seres humanos somos una compleja mezcla de raciocinio, experiencia y aprendizaje, todos estos elementos pueden brindar una percepción de la realidad o la no realidad. Para empezar debemos definir lo que es objetividad, yo entiendo que es la cualidad de ver la realidad y caracterizar un objeto en cuanto objeto o cualidad de observar los hechos como son y no como uno quisiera que fueran, ¿pero las reglas de este sistema pueden estar distorsionadas?

La otra definición es la subjetividad, que es otra forma de ver la realidad no como es, centrándose, en como quisiera que fueran bajo, una forma individualista y observando las cosas, objetos de una forma superficial pero no el fondo y solo de forma circunstancial, que se aferra a su propia visión y no equilibrando adecuadamente emoción y razonamiento, al no ser objetivo no puede dar lo justo peso a los acontecimientos y obrar de forma coherente, el precipitarse en los juicios sobre personas y hechos puede ser otra forma de subjetividad, pero también es útil para hacer una lectura metodológica de los proyectos de investigación, y puede también reconocer la discontinuidad, la incoherencia y la contradicción.

En otras palabras, no hay determinismo en cuanto a que a una situación le correspondiera un solo significado por un sujeto; sin embargo, los significados posibles en la coyuntura se mueven en espacio finito, con limites definidos por las estructuras transsujetivas y las de la propia cultura, estos significados tendrán que enfrentarse a su prueba, aunque no siempre son definitivas, a lo sumo satisfactorias.

La representación social plantea la configuración social de unos marcos interpretativos y de un mundo simbólico que expresa una construcción social en la historia; en este mundo socialmente mal compartido, que garantiza la comunicación y algo de cohesión social. Se constituyen como sistemas de códigos, valores, lógicas clasificatorias, principios orientativos que definen la conciencia colectiva, la cual rige con fuerza normativa. La institución del mundo común es necesariamente institución de lo que es y de lo que no es, de lo exterior y lo interior.

La sociología reconoció el papel de las representaciones sociales como estructuras simbólicas de atribuir sentido a la realidad, definir y orientar los comportamientos; podemos entonces definir una representación como de la reproducción mental un objeto, donde se reproduce algo que está ausente; como la versión simbólica de la relación entre el objeto y el sujeto. Así, cuando una persona ve un objeto, la mente lo que hace, además de relacionar el sujeto con ese objeto, es fusionar lo percibido, con lo que integra el conocimiento previo que se tiene de un objeto.

Como forma de pensamiento, la representación social es un modelo interno que tiene por función conceptualizar lo real a partir del conocimiento previo, por esto las representaciones designan una forma específica de conocimiento: "el saber de sentido común", en el que el contenido significa una forma particular de pensamiento social. Las representaciones sociales nos llevan a un sistema de pensamientos que permite la relación con el proceso de trabajo y con los trabajadores; a entender los procesos que facilitan interpretar y construir la realidad laboral; a los fenómenos cognitivos que aportan elementos afectivos, normativos y prácticos que organizan la comunicación social y finalmente constituyen una forma de expresión que refleja identidades individuales y laborales.

Lo social en una representación hace referencia a si las creencias son compartidas por un grupo social y si son elaboradas por éste. Las creencias son un elemento clave en la comunicación de los trabajadores (grupos). Funcionalmente las representaciones sociales clasifican los objetos sociales, los explican y los evalúan a partir del discurso y de creencias de sentido común, es este conocimiento el elemento base de la interacción. Por último, las representaciones se constituyen en realidad social en tanto conforman y se apoyan en fenómenos recurrentes y considerados colectivamente como reales.

Las representaciones sociales siempre hacen referencia a un objeto, no existen representaciones en abstracto. Mantienen una relación de simbolización e interpretación con los objetos. Hacen visibles y legibles los objetos, por tanto implican elementos lingüísticos conductuales o materiales. Y son una forma de conocimiento práctico que lleva a preguntar por los procesos de trabajo de su forma de organización y por su función laboral en la relación trabajadores en la vida cotidiana.

Todo esto nos demuestra lo complejo que resulta diagnosticar la persona normal o equilibrada de la que no lo es.

¡POR LA SUBJETIVIDAD SI CON ELLO CONTRIBUYE A MEJORAR ESTE MUNDO!


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