La lucha forma parte de
mi conciencia, toda lucha crea condiciones y contradicciones, si antes la lucha
era contra el monstruo de Franco y su fascismo criminal no depurado en su
tiempo por las elites políticas que diseñaron una transición y una Constitución
a medida de la burguesía y vigilada por un amplio sector de militares fieles a
su caudillo desaparecido y herederos universales de su doctrina fascista con un
rey legitimado por la dictadura para desarrollar una pseudo-democracia y
refrendada por la mayoría del pueblo español, que incluso no respetando al
pueblo soberano se modifica el articulo 135 de la Constitución sin previa
consulta, aparte de no cumplirse parte de su articulado, la convierte en papel
mojado.
Pero las malas
condiciones de vida o de libertad ciudadana y las clases trabajadoras que
llevan padeciendo desde décadas un lamentable salario y ahora con la reforma
laboral del PP, se ha convertido en una fabrica de destrucción de empleo cuando
supera más de 6 millones de parados que al día de hoy empeora aun más la
situación de pobreza y deterioro de amplios sectores de la población, como
también recortes en la educación y grandes partidas para las concertadas con
una Sanidad de prepago y la
intencionalidad de privatizarla sin importarle los enfermos crónicos que ven su
salud peligrar por no poder pagar los medicamentos, la situación criminal que
han sufrido los desalojos de pisos a familias con problemas, que ya han causado
dos suicidios causados por las políticas de un gobierno que prefiere socorrer a
la jauría bancaria que al ciudadano español después del gran robo perpetrado
por ella, que pretende que entremos por el aro de la crisis, que simplemente es
una gran mentira.
Esta puede ser la causa
del inicio de un proceso revolucionario cuyas premisas se encuentran claramente
definidas: por un lado el antagonismo que existe entre dos clase sociales la
burguesía y el proletariado definida en su día como la verdadera historia de la
humanidad, esto unido a la mayoría de un pueblo que ya no se identifica con su Estado-nación
y un gobierno en plena corrupción, que salpica desde la corona hasta el poder
político y judicial. Hay dos condiciones importantes para llevar a cabo una
revolución que se den las causas objetivas y subjetivas, para llevar a buen
termino esta cuestión, las cuestiones objetiva se dan, las subjetivas en menor
medida, porque si se dieran las calles estarían tomada por la mayoría del
pueblo español.
Todo proceso
revolucionario engendra contradicciones que solo son posibles de superar
caminando sobre ellas (Marx).
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