jueves, 1 de noviembre de 2012


Aunque desde una perspectiva optimista permitamos que algunos medios se pronuncie sobre la resurrección de un marxismo para combatir la desidia y la inoperancia de un pueblo que no puede hacer frente a su propio destino, el miedo sigue incrustado en una sociedad incapaz de luchar contra un fantasma que recorre nuestro pueblo, siempre en mis escritos he retratado un marxismo digno con los valores de dignidad, justicia e igualdad, dedicarme a difundir propagar a través de medios de comunicación, incluso pegando panfletos de estos escritos, se hace de una incoherencia y falta de objetivos realizables ante una subjetividad poco objetiva. Si objetivamente decimos que la izquierda en nuestro país no tienes los valores revolucionarios, que debía tener habrá que decir para se justos también, que nuestra sociedad lleva el síndrome de abstinencia a cualquier lucha por unos derechos que nos quitan a bases de engaños continuos.
Nos hemos situado a través del tiempo en unos sujetos inactivos, deslumbrado en su día ante un llamado estado de bienestar, priorizando nuestro individualismo acosta de nuestro bienestar por encima de otra sociedad mas pobres, sin recursos ni trabajo, creando así una sociedad dual, los que están dentro y lo que están fuera de este sistema.
Y ahora nos toca pagar las consecuencias a nosotros los que nos hemos situados de forma indiferente ante la situación global, ante la falta de sensibilidad de una sociedad dividida. Todo esto forma parte de la comodidad en que nos hemos situado, dando la prioridad a los bienes materiales de consumos duraderos (propiedades).
El objetivo de mi escrito no es crear confusión todo lo contrario, he de reconocer que hay una minoría de actores que están en permanente lucha, estos actores que se aglutina a través de plataformas digna de mención 15-S o 25-S, aparte de ser joven en el tiempo, también es joven en edad, donde tiene cabida todas las personas de diferentes edades y que el miedo no ha hecho su función deseada, el miedo existe por supuesto, pero los superan con valentía y conciencia.
Para mi se hace insostenible e insoportable ver como todo un pueblo claudica ante el mayor robo de su historia, ante unos derechos conseguidos a bases de luchas y sobre todo de la pobreza suicidios a lo que nos someten. No es para estar pasivo debería estar la calles inundadas de millones de personas y en un Madrid es inconcebible que rodea el congreso salga 30 o 40.000 personas, cuando mas de 3.000.000 de personas sufren un trabajo en precario y un paro enorme, seguirá más recortes no cabe la menor duda, si no lo detenemos.

Contra la represión lucha con decisión

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