Aunque desde una
perspectiva optimista permitamos que algunos medios se pronuncie sobre la
resurrección de un marxismo para combatir la desidia y la inoperancia de un
pueblo que no puede hacer frente a su propio destino, el miedo sigue incrustado
en una sociedad incapaz de luchar contra un fantasma que recorre nuestro
pueblo, siempre en mis escritos he retratado un marxismo digno con los valores
de dignidad, justicia e igualdad, dedicarme a difundir propagar a través de
medios de comunicación, incluso pegando panfletos de estos escritos, se hace de
una incoherencia y falta de objetivos realizables ante una subjetividad poco
objetiva. Si objetivamente decimos que la izquierda en nuestro país no tienes
los valores revolucionarios, que debía tener habrá que decir para se justos
también, que nuestra sociedad lleva el síndrome de abstinencia a cualquier
lucha por unos derechos que nos quitan a bases de engaños continuos.
Nos hemos situado a
través del tiempo en unos sujetos inactivos, deslumbrado en su día ante un
llamado estado de bienestar, priorizando nuestro individualismo acosta de
nuestro bienestar por encima de otra sociedad mas pobres, sin recursos ni
trabajo, creando así una sociedad dual, los que están dentro y lo que están
fuera de este sistema.
Y ahora nos toca pagar
las consecuencias a nosotros los que nos hemos situados de forma indiferente
ante la situación global, ante la falta de sensibilidad de una sociedad
dividida. Todo esto forma parte de la comodidad en que nos hemos situado, dando
la prioridad a los bienes materiales de consumos duraderos (propiedades).
El objetivo de mi escrito
no es crear confusión todo lo contrario, he de reconocer que hay una minoría de
actores que están en permanente lucha, estos actores que se aglutina a través
de plataformas digna de mención 15-S o 25-S, aparte de ser joven en el tiempo,
también es joven en edad, donde tiene cabida todas las personas de diferentes
edades y que el miedo no ha hecho su función deseada, el miedo existe por
supuesto, pero los superan con valentía y conciencia.
Para mi se hace
insostenible e insoportable ver como todo un pueblo claudica ante el mayor robo
de su historia, ante unos derechos conseguidos a bases de luchas y sobre todo
de la pobreza suicidios a lo que nos someten. No es para estar pasivo debería
estar la calles inundadas de millones de personas y en un Madrid es
inconcebible que rodea el congreso salga 30 o 40.000 personas, cuando mas de
3.000.000 de personas sufren un trabajo en precario y un paro enorme, seguirá
más recortes no cabe la menor duda, si no lo detenemos.
Contra la represión lucha con decisión
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