Sin Identidad.-
Ocupamos un espacio geográfico político sin identidad, sin
autonomía y lo más importante dependiente de una Troica Europea que dirige nuestras vidas a través de normas que
debemos seguir sin discusión que incluso nos empobrece y nos hunde en un rincón
de la historia más reciente, para que esos poderosos países del norte de Europa
sigan explotando nuestras miserias, nuestras ignorancias y nuestras incapacidades
de ser libres y autónomos.
Las luchas de clases
siguen ignoradas por una gran parte de la sociedad, nos hemos llevados décadas
mirando nuestros objetivos personales alimentando nuestro egoísmo sin mirar el
fututo global y el desencadenante de las relaciones entre el poder y el pueblo.
La renuncia de parte del proletariado mundial a ejercer el
papel histórico que le pertenecía y le pertenece como sujeto activo en la
transformación de una sociedad más justa y por la emancipación del ser humano a
ser libres. Todo esto ha influido de manera decisiva en la contra
ofensiva-neoliberal y la globalización donde se encuentra sumido el sistema
mundo donde la corrupción política-económica siguen destruyendo nuestros
derechos económicos y sociales.
Las contradicciones siguen existiendo y aumentan a una
velocidad de vértigo donde no se ve en el horizonte una seria rebelión donde
las fuerzas del trabajo tomen el poder por medio de una revolución que haga
posible que los medios de producción privados pasen a manos del pueblo, “vieja reivindicación del proletariado”.
La sociedad española se empobrece de manera alarmante para
que una pequeña elite se lleve todos los beneficios a paraísos fiscales donde
su riqueza equivale al PIB del 50% de la población mas pobre, ¿dónde está esa
democracia que se le llena la boca a los políticos?
¿Es posible que unas nuevas
elecciones sea la alternativa? No mientras las fuerzas productivas no tomen
el poder por medio de una revolución no habrá alternativa, la clase política
está desahuciada lleva tanto tiempo en el poder que se ha podrido fruto de
inoperancia y corrupción, la misma convivencia con el sistema capitalista es
una clara renuncia revolucionaria.
¿Será posible que los
movimientos sociales construyan una verdadera alternativa al poder? Si
calan en la conciencia colectiva y se abren espacios de libertad con la
colaboración de todos los ciudadanos/as y las protestas se hacen unitarias
prolongadas en el tiempo, se darán nuevas condiciones que habrá que revisar.
Para terminar la lucha
de clase sigue existiendo con la única excepción que la van ganando ellos, una elite
minoritaria, de momento.
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