DERROCHES Y FESTEJOS.-
Que halla dinero para festejos religiosos en Huelva
patrocinados por el Ayuntamiento y no halla para cubrir las necesidades de las
gentes que ha perdido su empleo o que están en la pobreza extrema es ya un
síntoma de la mediocridad, mala conciencia y
muy mala-leche de las autoridades locales fiel reflejo del gobierno de
España que desde que gobierna el Sr. Rajoy y una casta de impresentables
ministros se han dedicado todo este tiempo ha desmantelar los servicios
comunes-públicos.
El dispositivo policial desde esta madrugada pone en
evidencia que para ese tipo de festejos hay dinero de sobra pero para ayudar a
la ciudadanía ¡no! es lamentable que los ciudadanos de Huelva tengamos que
pagar con nuestros impuestos este tipo de festejos con la que está cayendo.
El
nacional-catolicismo emprendida durante la guerra civil española, la
posguerra y la transición sigue intacta, síntoma de que los gobiernos que
sucedieron al gran dictador como: UCD, PSOE no cambiaron un ápice las
relaciones Iglesia-Estado. De la edad de las luces y la razón hemos pasado a la
edad de la sombras bajo la tutela de la Iglesia Católica.
El suntuoso gasto de estos festejos durante el año pasa por
algunos ciudadanos ignorantes y enajenados, llamados “capillitas” que tienen
una visión retrograda de la sociedad y su evolución a lo largo de varias
etapas-históricas desde la
revolución-industrial. No solo es la ignorancia lo que abunda en estos
grupos es el autoritarismo y el dogmatismo como norma de fe.
Como he dicho anteriormente el dispositivo policial, el corte
de calles al trafico rodado, la imposibilidad de aparcar el vehículo y las incomodidades que provoca a la mayoría
de ciudadanos que no tenemos porque asumir esta distracción-religiosa como
imposición.
A las autoridades locales y al mayor responsable, el Alcalde
debería preocuparle los casos de corrupción que ostenta la Iglesia Católica y
sus casos de pederastia.
Al Sr. Alcalde le
diría que hace falta urgente un programa-economico para las personas necesitadas
que duermen al raso.
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