Se abre un nuevo tiempo para la periferia
europea, al cierre de los colegios electorales ayer en Grecia daban un respaldo
mayoritario al candidato de Syriza, Alexis Tsipras, el pueblo griego, harto de
la imposición de los partidos tradicionales que llevaron a la ruina social y
económica a los griegos, votó hacia lo nuevo, hacia la esperanza.
Sigo manteniendo que esta vieja democracia
es un disfraz para los mercados financieros, este capitalismo salvaje no
entiende de democracia, solo entiende de ganancia, explotación y desregulación
de todo, el caos gobierna impunemente nuestras vidas, sin que nada y nadie le
ponga freno. Hemos permitido durante mucho tiempo que la razón se nuble y siga
estancada, del pensamiento libre al pensamiento inducido por los poderes
reaccionarios que intenta enajenarnos a través de realidades difusas,
inconcretas puestas a nuestra disposición para alterar nuestro imaginario.
La elecciones de Grecia, un país sobornado
por la corrupción del gobierno, por los poderes financieros, por las
Instituciones Europeas, donde el Estado ha absorbido una deuda ilegitima del
tsunami provocado por la gran banca griega, donde en 6 años de crisis la
pobreza ha aumentado, los salarios se han reducido al 40%, el paro supone más
26%, el empleo-publico se ha eliminado hasta niveles insoportables, la deuda
publica que estando en un 40% al principio de la crisis ha aumentado al 175%
del PIB. Era de esperar esta reacción del electorado y castigo dado a los
partidos tradicionalista que no han defendido a un pueblo indefenso donde su
soberanía ha sido vendida por ellos a la troika-europea o lo es lo mismo a los
mercados financieros.
A pesar de todas la amenazas al pueblo
griego, por parte de la Alemania de Merkel y otros, el pueblo ha sabido
conducirse hacia el cambio, no ha a su radicalización como esperaba, pero algo
se mueve y pone en evidencia el futuro europeo y los planes de
austeridad.
Esperemos que Syriza sea merecedor de esta
cambio y cumpla con sus compromisos electorales.
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