martes, 5 de julio de 2011

Apoyar por parte de lideres políticos como Felipe González al Rey Mohamed VI unos de los peores dictadores del mundo árabe y salpicado de corrupción, muestra la talla política de estos jefes de Estado, la poca sensibilidad humana de estos lideres de paja se hace evidente la vara de medir que tienen nada más que la emplea cuando sus intereses privados peligran. Sin embargo en Libia, Egipto, Siria y algunos países árabes se emplea la guerra abierta contra ellos, después de haber apoyado todo estos gobiernos y armarlos hasta los dientes para reprimir a sus pueblos. La represión llevada a cabo en Marruecos y Sahara contra su pueblo de forma arbitraria y asesina por este personaje es un atentado contra los derechos humanos, además de que su entorno vive una corrupción sin limites, que debería juzgarlo la Corte Penal Internacional como a tantos otros se han juzgado y condenado.

Pero tanto la Corte Penal solo mira los intereses privados muy apegados al poder económico mundial, este organismo y sus funciones son meras ficciones de una realidad inacabada, pues no cumple con la justicia que debería formar parte de ella como factor fundamental.

Es de justicia que este alto tribunal sea anulado, eligiendo democráticamente a otro que sepa cumplir con su cometido.

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