La conciencia social ha sido sustituida por el
imaginario neoliberal, las ideologías también han sido eliminadas por el
pensamiento único, las clases trabajadoras ven empeorar su situación
desprovistos de una línea de acción y consciente de todo lo que le viene
encima, confiar en la clase política que es la nos han llevado a este laberinto
de caos es una falsa solución. El sistema crediticio del cual se nutre el
Capitalismo aplazaba de forma ficticia la resolución del problema, la dinámica
de estos ciclos económicos es siempre la misma: la crisis, esto se a repetido
durante toda su historia.
Tantos océanos recorridos de luchas ¿para que? La
transformación y la decadencia de una sociedad que tiene como ideario
materialista el consumo, que se puede esperar ella, una izquierda mimetizadas y
dogmáticas muy debilitadas por los acontecimientos y el abandono de la
conciencia de clase.
Nosotros, las victimas durante los siglos XIX, el
XX y lo que va del XXI, hemos padecido una explotación sin límites, pero
también hemos tolerado a cambio de el llamado paraíso del bienestar,
precarizando y marginado otros mundos y personas a cambio de nuestro status
social-económico. Ahora en el siglo XXI durante una década vemos como todo se
viene abajo: la precarización laboral con salarios bajos y un paro alarmante.
Los mercados financieros imponen su voluntad y seguimos sin reaccionar salvo
algunos movimientos. Por lo demás seguimos de brazos cruzados. Todos los
ciudadanos seguimos observando las medidas de austeridad que los mismos
gobiernos-estados siguen los dictados del gran capital, sacrificios para la
clase trabajadora pero nunca a los ricos causante de este desastre económico.
A pesar de estas medidas la situación empeora por
momentos, el dinero especulativo fluye como una marea y lo arrastra todo a su
paso, la corrupción política y los responsables económicos ensancha y acampa en
este paisaje desolador sin que la ley les otorgue el castigo de la justicia que
merecen.
Por otra parte la debilidad de la zona Euro está a
punto de explosionar, las políticas neoliberales llevadas a cabo con un mercado
desregulado y descontrolado todo esto sumado a un criterio diferente de los
gobiernos europeos donde cada país adopta decisiones personales sin contar con
los demás países del entorno, pero es que además los ciudadanos somos meras mercancías. La
locomotora alemana impone y dicta a los demás países medidas draconianas, la
Sra. Merkel reflejada en el espejo se le antoja verse como el mismísimo Adolf
Hitler, pero que no se le olvide que su economía tiene fallas y que se puede
quedar sola con un Euro a punto de extinguirse.
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