La mediocridad y la
decadencia están hoy mas presente que nunca en nuestra reciente historia
contemporánea, abarca un gran espacio desde la cultura, la ideológica, la
libertad y la política de esta manera queda delimitado nuestro espacio por un
muro del pobre y poco enriquecedor pensamiento único.
El capitalismo poseedor
de todos los recursos económicos de nuestro sistema, está agotado, a pesar de
tener acumulado un gran patrimonio económico, su supervivencia pasa por seguir
su estructura de crecimiento acumulativo a base de aumentar la pobreza en el
mundo, la sobre-explotación de las fuerzas de trabajo y la especulación, así
como también los recursos de nuestra madre naturaleza, pues en su interior
lleva el germen de su auto-destrucción y quizás la de la humanidad. Su largo
periodo en el tiempo de existencia desde el siglo XVI-XVII y el aumento de sus
contradicciones internas objetivas elaboradas por la ciencia materialista y
dialéctica por Marx-Engels, aporta un conocimiento realista fruto de un
elaborado estudio.
Estamos viviendo un
profundo cambio histórico en nuestras sociedades, la española por ejemplo con
un partido de derecha-fascista pero también un abanico de partidos políticos
parlamentaristas que son simples representantes del sistema corrupto-criminal
capitalista. Desde una izquierda incapaz de afrontar con decisión que toda
alternativa pasa por un cambio en las estructuras de poder capitalista,
pretender aportar ideas y alternativas desde el Congreso de Diputados es una
labor de enanos mentales, pero si se hace necesario aportar y organizar el
descontento en la calle, sería de gran utilidad.
Nos enfrentamos al
Capitalismo, un enemigo que se ha quitado la careta concretando su despiadada
razón de ser: arrebatarnos nuestros derechos sociales y económicos,
empobrecernos miserablemente, para eso dispone de la Monarquía, la Iglesia y el
gobierno autócrata del PP. Su disposición represiva llega a cotas de un Estado
autoritario y fascista, que se vale de artimañas ilegales para imponer la ley
de los mercados financieros.
La crisis internacional
producidas por los excesos del capitalismo en su fase imperialista no es como
las demás, de momento no ha colapsado el sistema financiero por la inyección de
una masa de billones de Euros o quizás más, pero lleva dentro sí la
imposibilidad de recuperación a pesar de destrozar el tejido productivo con
bajos salarios y un paro mundial sin precedentes. En España alcanza la cifra de
más de 6 millones y en un trimestre puede alcanzar perfectamente la cifra de
cerca de los 7 millones, así que hablar de recuperación económica es una utopía
alimentada por el gobierno.
Todo esto pasa por una
movilización general de la sociedad a
nivel mundial, ha llegado el momento de despertar conciencias, la ciudadanía no
puede limitarse a mirar tímidamente lo que ocurre en el mundo de forma pasiva.
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