La vieja Europa se
desangra, masacrando lo común, los derechos sociales conquistados a base de
luchas, la austeridad marca las pautas de una las élites muy poderosas económicas-financieras,
las políticas han desaparecido, la cultura es ya un eufemismo, la historia ha
sido borrada del imaginario colectivo, la democracia ha sido sustituida por el
autoritarismo del dios mercado, el progreso ha sido también sustituido por una
involución, todo en nombre del sagrado mercado, la prepotencia y la represión
se ceban contra la población que ha perdido todo y protesta indignadas en la
calles, todo el panorama ha cambiado desde una crisis elaborada y creada por el
poder financiero internacional.
Todo esto marca un nuevo
ciclo de equilibrio de poder en el sistema capitalista y nuevo orden mundial
basado en la pobreza y en la esclavitud del ser humano, la conspiración forma
parte de este entramado criminal. Además de los antagonismos o contradicciones
que el sistema capitalista acumula a lo largo de su larga existencia pretende
fundar una nueva época con más crecimiento y acumulación de riqueza.
En el sistema capitalista, la
democracia tiene serios problemas de legitimación. La democracia liberal
legitima encubiertamente al capitalismo en el dominio del hombre por el hombre
mediante los procesos de elaboración de las normas jurídicas que implementan
las políticas económicas formuladas en beneficio de los intereses de las estructuras
del poder económico de grandes corporaciones y del capital financiero-especulativo
transnacional que dominan el mercado internacional. Se apoyan en las decisiones
de los tecnócratas de instituciones financieras internacionales antidemocráticas
como el BC, OMC, BM y FM, que imponen sus directrices a los gobiernos con su
consecuente pérdida de soberanía. El papel del
Estado democrático entra en conflicto con el capitalismo postindustrial
globalizador entre los procesos de mercantilización y desmercantilización de la
política social. Lo que se está presenciado es un cambio radical del
capitalismo industrial a una concepción postindustrial de las relaciones
económicas.
A pesar de todo, como resultado de la implementación de una
concepción postindustrial de la las relaciones económicas como resultado de la implementación de programas de
liberalización económica, la sociedad se polariza reflejando las
contradicciones del capitalismo industrial, a tal punto que se convierte en una
sociedad dual en la que unos tienen acceso a los beneficios de la era de la
información, mientras otros son totalmente excluidos. Los procesos de
globalización neoliberal incrementan las desigualdades sociales que debilitan al sistema democrático, agudiza
sus contradicciones y lo hace incompatible con el capitalismo. Durante el
estado de capitalismo tardío los procesos económicos dominantes del capital internacional
y de las organizaciones internacionales, tales como el BM, FMI y OMC, han
presionado para que los Estados – nación adopten las políticas económicas neoliberales
de libre mercado y libre comercio como la solución universal para los problemas sociales
y económicos. Como resultado, este capitalismo tardío se caracteriza porque los
servicios sociales públicos se privatizan, las inversiones foráneas se incrementan,
los mercados de capitales y laborales se desregulan, mientras que el Estado se
retrae en el desarrollo del capital humano y cultural.
Estos cambios han generado una multiplicidad de
oportunidades, pero también de desigualdades y subjetividades emergentes. En el
última parte del siglo XX ese equilibrio se rompió a favor de los mercados y he
aquí el resultado: la pérdida de confianza de los ciudadanos. La falsificación
y el fraude destruyen el capitalismo y la libertad de mercado, y a largo plazo
los fundamentos de nuestra sociedad, con ello algunos arreglos geopolíticos que
auguran la inminente caída de la hegemonía del capitalismo imperial. La
estabilidad mundial demanda el mantenimiento de esta estructura de
desigualdades, justamente como en la teoría elitista de la democracia.
estratificación estructural de la política, social y global que resaltan la
importancia de una racionalidad, poder y deseo por el poder. Se le puede
criticar a que la realidad y las prácticas políticas no son exclusivamente para
la persuasión del poder y no son exclusivamente racionales.
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