viernes, 25 de octubre de 2013

¿QUE QUIEREN VENDERNOS AHORA?


El daño ya está hecho, la España que conocimos ha dado un vuelco histórico de 180º grados, se han destruido millones de puestos de trabajo con un empobrecimiento de las clases trabajadoras, unos salarios de pena y un desempleo que supera las estadísticas con unos servicios públicos o comunes demolidos, la estructura económica ha sido barrida todo en nombre de la crisis provocada por el poder financiero.
¿Qué nos quieren vender ahora? ¿qué hemos salido de la recesión? ¿qué nuestra economía ha crecido un 0,1%? Pero ¿cuánto se ha perdido a los largos de estos dos años? Y el sufrimiento infringido a la población española asumidas, ¿ha merecido la pena? Rotundamente ¡no¡ el ciudadano, el trabajador, el pensionista, algunos colectivos sociales mas desfavorecidos, no se merecen que pagen una deuda que corresponde al sector privado a el sistema bancario, responsable criminal de la actual situación.
¿Por qué tenemos que asumir la estafa y la corrupción de un poder bancario-financiero? Que no hemos participado ni contribuido a ello, ¿por qué tenemos que asumir también la corrupción del partido del gobierno? Cobrando verdaderas fortunas en dinero B, de una casta de empresarios a fin al PP, con un talante bandolero-fascista que no han tributado en España, los grandes beneficios obtenidos.
La Constitución Española que no era cúmulo de virtudes ha sido pisoteada e incumplida por parte de las élites políticas-gobernantes, se elaboró de espalda al pueblo, con un Rey colaborador del régimen franquista y la traición de los partidos obreros, borrando la memoria histórica de los lucharon por la Republica y los que sucumbieron en ella. Los asesinatos desarrollados durante la pos-guerra y enterrados arbitrariamente en diferente puntos geográficos de España, mientras tanto los torturadores y asesinos siguen paseando por cualquier avenida de ciudades españolas como si nada hubiera pasado.
Las venas siguen abierta y se abren cada vez más a medida que la presión junto con la austeridad marca las pautas de nuestra vida diaria, Eduardo Galeano decía: Las expediciones criminales de los marines tienen por objeto restablecer el orden y la paz social, y las dictaduras adictas a Washington fundan en las cárceles el estado de derecho y prohíben las huelgas y aniquilan los sindicatos para proteger la libertad de trabajo. ¿Tenemos todo prohibido, salvo cruzarnos de brazos? La pobreza no está escrita en los astros; el subdesarrollo no es el fruto de un oscuro designio de Dios. Corren años de revolución, tiempos de redención. Las clases dominantes ponen las barbas en remojo, y a la vez anuncian el infierno para todos. En cierto modo, la derecha tiene razón cuando se identifica a sí misma con la tranquilidad y el orden, es el orden, en efecto, de la cotidiana humillación de las mayorías, pero orden al fin: la tranquilidad de que la injusticia siga siendo injusta y el hambre hambrienta. Si el futuro se transforma en una caja de sorpresas, el conservador grita, con toda razón: «Me han traicionado». Y los ideólogos de la impotencia, los esclavos que se miran a sí mismos con los ojos del amo, no demoran en hacer escuchar sus clamores. El águila de bronce del Maine, derribada el día de la victoria de la revolución cubana, yace ahora abandonada, con las alas rotas, bajo un portal del barrio viejo de La Habana. Desde Cuba en adelante, también otros países han iniciado por distintas vías y con distintos medios la experiencia del cambio: la perpetuación del actual orden de cosas es la perpetuación del crimen. Los fantasmas de todas las revoluciones estranguladas o traicionadas a lo largo de la torturada historia latinoamericana se asoman en las nuevas experiencias, así como los tiempos presentes habían sido presentidos y engendrados por las contradicciones del pasado. La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será.
Todo está podrido en nuestra España empezando por lo más alto: la monarquía, las elites políticas y como no la iglesia Católica, todo huele mal, la falta de una reacción ciudadana es evidente: muchas manifestaciones pero con muy poca asistencia.
Se abre un nuevo proceso histórico en España y en el mundo, dependerá de nuestra participación-reacción, lo que está claro es que si seguimos la misma senda encontraremos el precipicio y nuestra caída libre. El presente ha sido destruido, el futuro no está determinado todavía, constrúyenoslo juntos.

¡Por la emancipación de la clase trabajadora, viva los trabajadores y trabajadoras del mundo!.-


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