La estupidez humana y la ignorancia juega un papel
predominante en nuestra sociedad a la hora de reflexionar y determinar nuestra
conducta frente a comportamientos totalmente fuera de la realidad que nos
rodea, que nos manipula impunemente centrando toda nuestra atención en lo que
verdaderamente no tienen relevancia en estos precisos momentos que vive nuestra
llamada débil democracia que empobrece día a día a la población, y el fascismo sigue
recorriendo cualquier rincón de España.
Dicho esto calificaría la manifestación de las victimas del
llamado terrorismo de ETA, de reaccionario-fascista, han perdido su legitimidad
no representando a todas sus victimas si no a los que le interesan
ideológicamente como es la ultra-derecha. Sin embargo los crímenes del franquismos
siguen impunes, mientras los verdugos-criminales, siguen paseándose alegremente
por las calles de la geografía española olvidadas y enterradas en los mismos
infiernos, sin que la justicia determine su valor jurídico.
Mientras el país se desborona por las medidas impuestas desde
Bruselas, el Tribunal de Derechos humanos de Estrasburgo dicta sentencia sobre
la doctrina Parot al considerarla nula por atentar contra los derechos humanos,
como otras tantas leyes que necesita una revisión, pero la España profunda
sigue manipulando el Estado de derecho. Las opiniones del ministro Gallardón
pone en evidencia el talante de un ministro de justicia.
La convocatoria de protesta y su masificación demuestra un
grado de estupidez que degrada a las victimas y a los asistentes, no tengo
palabras para describir lo acontecido, solo me encuentro cabreado e indignado,
que estemos perdiendo derechos sociales, económicos y mermando nuestra libertad
mientras esta sociedad sigue su total indiferencia.
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